Este fin de semana me he decidido a probar Facebook aprovechando que ya está disponible en español. No soy dado a comunidades. En las que me he registrado he ido usándolas cada vez menos hasta que un día ya no he podido entrar o no recordaba como hacerlo.
Lo primero que me ha gustado de Facebook es lo rápido que he podido encontrar a mucha gente con la que he perdido contacto. Cuando ya no encontraba a más gente, el propio sistema de Facebook me ha ido proponiendo personas a las que podía conocer y a las que, curiosamente, sí conocía.
Me invitaron Vampiros, una especie de juego que no termino de entender muy bien. He ido mordiendo y atacando a todo el podía y recibiendo ataques de los demás. Probé Slayers, y más o menos igual, reclutando y atacando. Está curioso. He probado otras aplicaciones. Algunas me han fallado, otras funcionan a ratos. Lo que más me mosquea es que la mayoría de las aplicaciones que he visto funcionan a modo piramidal. Por suerte aún nadie me ha pedido dinero y eso me ha animado a seguir probando.
No termino de comprender Facebook. Seguiré probando cosillas algunos días más. Lo que realmente me merece la pena es el tener a todos mis amigos localizados. Es un buen punto para empezar.
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