Está transcendiendo la noticia de la trágica muerte de un señor al caer con su coche en un pantano. Hace poco tiempo cualquiera esperaría de un periodista que se hubiera cuestionado si la carretera estaba bien o mal señalizada. Si fue un error mecánico o humano. Pero la creciente morbosidad de los medios ha conducido a titulares del tipo: "Muere ahogado tras caer con su coche en un pantano por un error del GPS ".

La esperanza queda en que se estará investigando y que se averiguarán las causas, se definirán las responsabilidades y se tomarán medidas para que situaciones semejantes no se repitan. Hasta entonces no podemos descartar que el GPS sea señalado como culpable. Pero todos deberíamos saber que aunque el semáforo esté en verde hay que mirar antes de cruzar. Aunque te digan que gires a la derecha, debes asegurarte de que puedes. Y con esto hay que volver a la cuestión de si la carretera estaba bien o mal señalizada. Tampoco hay que olvidar que en las campañas de Tráfico, el uso de GPS se considera una distracción.

He sentido el impulso de hablar de esta noticia porque precisamente mi anterior entrada fue sobre un capítulo de CSI en el que un psicópata e informático asesino manipula un GPS para acabar con una de sus víctimas.

La noticia en algunos medios:

• ABC: Muere ahogado tras caer con su coche en un pantano por un error del GPS
• El Mundo: Muere tras caer a un pantano porque el GPS le indicó un camino que iba al agua
• 20 Minutos: Muere al caer a un embalse: el GPS le indicó un antiguo camino que iba al agua
• EcoDiario: Un hombre fallece ahogado por culpa del 'GPS asesino' (Nota: ¿A que flipas con el titular?)

Cuánto pavor nos han dado siempre los psicópatas asesinos. No es para menos, Norman Bates da mucho miedo. De todas formas, sabíamos que, en el fondo, ni todos los psicópatas son asesinos, ni todos nos asesinos son psicópatas. Pero flaco favor les hizo la literatura y, sobre todo, el cine. Gracias a Hannibal Lecter ahora tenemos la tendencia a creer que los psicópatas son más listos de lo normal. Eso sí que da miedo. Es psicópata, asesino y listo. Gran sorpresa me llevé ayer cuando anunciaron el siguiente capítulo de CSI incluyendo en la frase psicópata informático. ¡Cuidado! No es un psicópata fontanero. Ni si quiera un psicópata Electricista. Es psicópata y, además, informático. De los que tiene un ordenador y es peligroso. Cuando conseguí controlar la risa pensé si podría sacar provecho de eso. Al fin y al cabo podría ganarme el temor de mis compañeros de trabajo. Siempre puedo decir: Cuidado, soy informático, sólo me falta ser psicópata. Siempre queda mucho mejor que decir: Cuidado, soy asesino, sólo me falta ser psicópata. Sólo la palabra informático ya le da miedo a mucha gente. Otros, en cambio, te traen la tostadora para que se la arregles. Viendo el capítulo no me quedo muy claro los deberes de un psicópata asesino ni donde conseguir esa titulación. Pero quiero esforzarme en dejar muy claro que ni todos los psicópatas son informáticos, ni todos los informáticos son psicópatas.

• Título: El Alquimista
• Título original: O Alquimista
• Autor: Paulo Coelho
• Editorial: Círculo de lectores
• ISBN: 978-84-672-3169-4
• Tapa dura, 222 páginas, ilustrado

Sinopsis

Santiago es un joven pastor andaluz que un día abandona su rebaño para perseguir su sueño recorriendo lugares y conociendo personas que van enriqueciendo su vida y transformando su manera de ver el mundo. Busca a El Alquimista, confiando que le revele su destino.

Me ha sorprendido la sencillez con la que Coelho trata ideas complejas sin caer en reflexiones filosóficas, aunque no puede evitar dejarlo envuelto en una atmósfera de misticismo. Me dejaba la continua sensación de ser un cuento con moraleja que ha crecido mucho, pero no demasiado. Muy entretenido, de lectura fluida. Lenguaje sencillo y directo. Te hace tomar otra perspectiva, observar desde otros puntos de vista, invitándote a reflexionar. Libre es cada uno de reflexionar y seguir la moraleja. Uno de esos libros que vale más por estar leyéndolo que por haberlo leído.

Se dice que la hipocresía es el homenaje que el vicio tributa a la virtud, que el decoro es la expresión exterior de ese homenaje

Este año, no tenía bastante con el Donde caben dos caben tres de Ikea, que me propuse cumplir con las fechas del Knut. Con lo que me gusta a mi quitar el belén en febrero, que siempre me da palo mandar al paro a los pastores con la ola de frío. Pero estas fiestas la decoración navideña ha sido muy sencilla. Unas velitas monas, unos vinilos adhesivos con motivos navideños (arbolitos, bolitas, cajitas, bastoncillos) y un osito de Harrods (me encantan los teddy bear) con un jersey muy simpático. Las velas se consumieron, los vinilos no queda más remedio que tirarlos. Pero, ¿y el osito? Estoy por quitarle el jersey y dejarle en bolas, porque cuando llegue agosto no va a pegar mucho. Lo mismo lo puedo dejar así y hacer la vista gorda con lo abrigado que va. Lo mismo lo pongo encima de la tele, que yo no tengo ni legionario, ni gitana, ni torito.