No se puede justificar lo injustificable, pero las cosas se hacen. Necesitas trabajar y tienes que preparar tu entorno de trabajo. El problema empieza cuando los medios para acondicionar tu espacio no son los adecuados. Peor aún si la medida tomada es contraproducente y temeraria. Tener que hacer una entrega a tiempo sufriendo molestias en el cuello conduce a cosas como esta. Elevar el monitor ayudado por una débil cajita de cartón y unos cuantos estuches de CD viejos. La cantidad de barbaridades que hacemos día a día sin (querer) darnos cuenta de lo que hacemos. Las baratas excusas para tranquilizar nuestra conciencia (sólo es un momento, nunca ha pasado nada, otros lo hacen, cuando pueda lo pongo bien) realmente funcionan para que no nos sintamos mal. Al menos hasta que las consecuencias dejan de ser agradables. Ya lo dicen por ahí: Pocas cosas pasan.
Afortunadamente, el equilibrismo del monitor duró poco y con buen fin. El soporte improvisado ha sido reemplazado por otro más adecuado. Especialmente diseñado para esta función, estéticamente más atractivo y da, por supuesto, mayor estabilidad.
También curioso cuando aparece el personal de una afamada empresa de seguros diciendo "Uy, que poca luz tienes aquí... Esto está mal... Esa silla puede perjudicar tu espalda...", y pasan los años y allí nadie viene a cambiar nada. Simplemente vienen a decirte "Qué pena me das, a los 50 años serás ciego, jod..."