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En el tiempo que llevo en Madrid he visitados pocos museos, así que aprovechando que pasaba por allí, y que hoy era gratis, entré en el Museo Nacional de Antropología. Siempre resulta curioso ver reflejos de otras culturas en objetos. Es inevitable compararlo con la nuestra y te hace pensar en cómo se parecen culturas diferentes e, incluso, cuán distintas pueden ser dos culturas aparentemente parecidas.

Lugares así nos invitan a reflexiones fuera de nuestras costumbres y a formular preguntas que nunca habríamos sospechado hacer. Me estremeció cuando me hicieron una observación sobrecogedora. Mientras veía objetos de tribus consideradas incivilizadas por nuestros antepasados me invitaron a que me fijase en las fechas de los cubiertos. Es realmente curioso como el uso de una cuchara fuera tan tardíamente adoptado por una Europa civilizada mientras los "bárbaros" ya la usaban.

Es mejor dejar de escribir ahora que estoy en un momento filosófico-reflexivo.


Con cinco años a sus espaldas, ya era hora de que fuera al Warner Bros Park y ver por mi mismo lo que me habían contado. La cosa no empezó muy bien. Compramos la entrada + billete de tren cercanías. Es cierto que puedes ir al parque desde cualquier estación de cercanías, pero no nos quedó nada claro que no debía ser en el mismo tren. ASí que tomamos uno hasta Atocha, otro hasta Pinto y allí el ramal a Parque de Ocio, que aunque parece la misma línea algo descolorida en el plano, es una línea completamente diferente. Como además nos tocó "el tren de las ruedas pinchadas" entre una cosa y otra tardamos dos horas en llegar (desde que compramos las entradas). Menos mal que el resto del día se arregló. Apenas hicimos cola para entrar, aunque se nos hizo eterno. Debimos parecer adolescentes, incluso puede que más jóvenes aún. No habíamos avanzado casi nada y ya tenía fotos con Lucas. Dimos una vueltecita por Cartoon Village y no pudimos resistirnos a visitar la fabrica Acme creyendo que no nos mojaríamos. Ese fue el principio de un día divertido. Atracciones, actuaciones, más atracciones. Tuvimos suerte, apenas hicimos cola en nada, en un par de sítios. En La Sombra del Murciélago, unos diez minutos, y en el Hotel Embrujado, unos veinte minutos.

La comida del menú que tomamos no era muy buena, pero tampoco se salía demasiado de precio (catorce euros) y las tiendas no me parecieron tampoco caras: treinta euros por una cazadora vaquera de entre tiempo y veinticinco por un peluche más grande que muchos de los niños con los que me encontraba por el camino. Aunque fue un día de no parar de soltar dinero, creí que sería peor.

Es curioso que las atracciones en las que más de divertí fueron las más simples, y las más mojadas.

Google Reader fue mi primer gran fiasco con un producto de Google. No me parecía anda claro y, aunque me pareció muy buena idea tener una forma en la leer todas las entradas de mis fuentes de una forma tan rápida y sencilla, me pareció muy mal que fuera la única forma. Ya un compañero me advertía que debía adaptarme a las nuevas herramientas que los tiempos estaban cambiando, pero como desarrollador que soy, se cuando me toca ser usuario no debo ser conformista cuando un producto no me entusiasma por mucho que se me arrime el progreso. Al cabo de unos días quedó en desuso y opté por usar otros lectores que me parecían más prácticos aún sin tener el atractivo AJAX. Parece fue mucha gente la que dio de lado (hasta mi compañero también decidió dar un no al progreso) y se han planteado dar un buen lavado de cara a la aplicación.

No me ha dado tiempo a jugar mucho con él, pero enseguida se nota que Google está recuperando el concepto de "carpeta" frente al de etiqueta (ya lo hizo con Picasa llamándolo álbumes, aunque ahí echo de menos las etiquetas). Ahora todo aparece más ordenado pudiendo elegir que leer y estando obligado al orden cronológico de las actualizaciones.

La conjura de los necios

  • Título: La conjura de los necios.
  • Título original: A Confederacy of Dunces.
  • Autor: John Kennedy Toole
  • Editorial: Editorial Anagrama
  • ISBN: 8433920421
  • Colección Metatemas, 288 pgs

Ignatius Reilly es una treintañero que continúa viviendo a expensas de su madre con una visión muy particular del mundo. Dedica todo su tiempo a intentar mejorar a su manera la decadente sociedad, tan carente de "decencia y buen gusto", plasmando sus experiencias en lo que será su ópera prima literaria. Su vida es una comedia alrededor de su particular cruzada con su vieja compañera Mirna mientras espera a que Fortuna cambie su suerte al girar su rueda. A donde quiera que va es el desastre para los que les rodea. La comedia de un incomprendido contra el que todos conjuran.

Para una aplicación basada en AJAX usando Prototype resulta muy útil el uso de referencias locales (named anchors) para que el navegador nos muestre la porción de la página adecuada. Un ejemplo sería:

<?=$ajax->link('Añadir', null, array('fallback'=>'#add', 'url'=>"/miapp/add/", 'update'=>"add", 'complete'=>"new Effect.Appear('add');")) ?>
<a name="add"></a>
<div id="add" style="display:none"></div>

Este código se ejecuta sin problemas en Firefox, sin embargo en Internet Explorer su comportamiento es irregular, llegando a no hacer nada (aparentemente) la mayoría de las veces y no indicando un error en ningún momento. El problema comienza al tener el identificador de la capa (DIV) y el nombre del marcador (anchor) exactamente iguales. La solución más simple es llamarlos de forma diferente.

<?=$ajax->link('Añadir', null, array('fallback'=>'#add_pos', 'url'=>"/miapp/add/", 'update'=>"add", 'complete'=>"new Effect.Appear('add');")) ?>
<a name="add_pos"></a>
<div id="add" style="display:none"></div>