Archivos Enero 2010

Se dice que la hipocresía es el homenaje que el vicio tributa a la virtud, que el decoro es la expresión exterior de ese homenaje

Melmoth el errabundo de Charles Robert Maturin.

Osito Harrods Navidades 2009

Este año, no tenía bastante con el Donde caben dos caben tres de Ikea, que me propuse cumplir con las fechas del Knut. Con lo que me gusta a mi quitar el belén en febrero, que siempre me da palo mandar al paro a los pastores con la ola de frío. Pero estas fiestas la decoración navideña ha sido muy sencilla. Unas velitas monas, unos vinilos adhesivos con motivos navideños (arbolitos, bolitas, cajitas, bastoncillos) y un osito de Harrods (me encantan los teddy bear) con un jersey muy simpático. Las velas se consumieron, los vinilos no queda más remedio que tirarlos. Pero, ¿y el osito? Estoy por quitarle el jersey y dejarle en bolas, porque cuando llegue agosto no va a pegar mucho. Lo mismo lo puedo dejar así y hacer la vista gorda con lo abrigado que va. Lo mismo lo pongo encima de la tele, que yo no tengo ni legionario, ni gitana, ni torito.

La Huelva británica - Juan Cobos Wilkins

Desde la Antigüedad, la comarca de Riotinto fue una zona de intensa actividad minera. Sin embargo, no será hasta el siglo XIX, con la concesión a la inglesa Riotinto Company Limited de la explotación del subsuelo onubense, cuando estos ricos yacimientos mineros se empiecen a explotar de una manera metódica e industrial. La llegada de los británicos a Huelva fue un hecho económico de primer orden, y para algunos historiadores marca el auténtico inicio de la Revolución Industrial en Andalucía. El escritor onubense Juan Cobos Wilkins nos ofrece una evocación literaria de este mundo tan fascinante como desconocido del que aún se conservan algunos rescoldos.

Una serie de vivencias, reflexiones y anécdotas, muchas vividas en primera persona por Juan Cobos, nos acercan a la realidad de una vida a la sombra de la Compañía, la Riotinto Company Limited. En una época en la que la mayor empresa del mundo podía llegar a ser el máximo poder, en un pueblo que se adaptaba a la mina cambiando de lugar cuando era necesario, en una sociedad dividida en dos mundos más que en dos clases. La revolución industrial (con sus ventajas en educación y medicina entre otras), la revolución social (nuevas costumbres que se fusionan con las actuales) y la revolución sindical (los primeros movimientos obreros en España). Desde el Barrio de Bellavista hasta los signos de identidad más significativos de Huelva capital: el muelle del Tinto, la Casa Colón y el barrio Reina Victoria.

Saboteur

Después de más tiempo del que me gustaría reconocer he conseguido jugar a Saboteur; el juego rápido de cartas de enanitos mineros y saboteadores en busca de la pepita de oro. Un juego muy sencillo y divertido entre 3 y 10 jugadores. Más divertido cuanto más jugadores.

El juego consiste en que cada participante asume un rol que sólo él conoce. La mayoría serán mineros y deberán hacer todo lo posible para alcanzar el oro. El resto serán saboteadores, su misión es impedir que se alcance el oro. Se colocan las cartas iniciales sobre la mesa y los enanitos mineros deberán ir colocando cartas de túnel hasta completar un camino válido desde la carta de partida hasta una de las tres de destino. Si la carta de destino a la que se llega tiene oro, los mineros ganan. Ganan los saboteadores cuando los jugadores se quedan sin cartas y no se alcanza el oro. Al final de cada partida se reparten pepitas de oro entre los ganadores. Al finalizar tres rondas, el vencedor es el el jugador con más pepitas.

Es un juego rápido y muy dinámico. El número de jugadores no influye en el tiempo de juego, aunque sí en la diversión. La asignación de roles (minero / saboteador) se hace repartiendo cartas de personaje, pero en el reparto, una de las cartas no es usada, por lo que no sabe exactamente el número de mineros y saboteadores. Al nadie conocer quién es enemigo o aliado (ni cuantos son) el juego se vuelve muy paranoico.

Para aderezar las partidas añadiendo más emoción, cuando ya has jugado bastante, puedes usar las Reglas opcionales (PDF) .

Que yo haya acabado jugando a esto ha sido por culpa de Carlos de La Frikoteca y sus partidas en el curro.

Por aquello de hacer lo mismo que otros me creé una lista de buenos propósitos para 2009. De sobra sabía que no los cumpliría, aunque guardaba la esperanza de que alguno que otro sí que avanzara. Ahora es el momento de hacer balance y, para no variar, crear una lista nueva.

Balance 2009

Curiosamente, aunque de la lista no he cumplido con nada, este ha sido un año de retos y logros personales del que me siento muy satisfecho. Lo que más me ha dolido fue no terminar ningún cuento. Para colmo he empezado más. Muchos más. Demasiados cuentos. La consecuencia directa ha sido no poder hacer nada del poscast. Ya sabía yo que no lo haría. Creé todo hace ya varios años como Biblioteca. Hasta lo rediseñé y cree un par de entradas de prueba hace un par de años. Algún día lo usaré. O no.

Lo no programado, pero cumplido (o cumpliendo): dejar de fumar cigarrillos, dejar de comer pipas, reducir la Coca-Cola a un litro al día, adoptar un mínimo hábito de deporte, fijarme un mínimo de dos folios escritos a la semana, retomar el estudio, mejorar la caligrafía, no programar pasadas las 9 de la tarde ni antes de las 9 de la mañana. Cosas que llevaba años posponiendo de una forma u otra.

Para 2010

  • Leer el mismo número de libros que en 2008 (21) y no menos que en 2009 (17).
  • Terminar alguno de mis cuentos, aunque sea sólo uno.
  • Pase lo que pase, sea como sea, no ir a la cama sin tener escrita una cuartilla, o una carilla de un folio.
  • El podcast.
  • Mejorar el trabajo con las manos.

Se me ocurren muchas más cosas, pero para no cumplirlas, esas son suficientes. Siempre hay que incluir los clásicos de la vida: tener un libro, plantar un hijo y escribir un árbol.